viernes, 13 de noviembre de 2009

La crisis se ceba con los jóvenes. ¡¡RADICALIZA LA LUCHA!!

La juventud es uno de los sectores de la población que sufre con mayor virulencia las consecuencias de la crisis actual. Esto no solo lo decimos nosotros. Los datos ofrecidos en un reciente informe y contado por los medios confirman el drama. En él nos dicen que, solo en el pasado mes de septiembre, de los 80.000 nuevos parados 30.000 (el 37,5% del total) tenía menos de 25 años.

La ya famosa crisis se va profundizando y va contagiando a otros sectores económicos como es el comercio, debido, entre otras cosas, al desplome del consumo.
Además, a medida que la crisis se va agudizando y alargándose en el tiempo los sectores de la población más vulnerables se ven afectados de forma más directa. Uno de esos sectores como hemos dicho, es el de la juventud.

Frente a esta situación tenemos a una patronal que se siente envalentonada debido, principalmente, a que tiene en sus manos la llave que abre o cierra el grifo del desempleo. Mientras tanto, a lo único que aspira es a chantajearnos con el despido si no se atiende a sus exigencias. El grado de amenazas y chantajes por parte de los patronos no tiene precedentes. Se nos llega a preguntar si preferimos las medidas antipopulares que proponen o caer en el foso oscuro y sin fondo del desempleo.

Los verdaderos propósitos que encierran sus medidas, bajo el calificativo de “mejorar la flexibilidad laboral”, no son otras que la instauración de unas condiciones laborales que se adapten a los tiempos de descenso brusco de la producción. A esto lo llaman “ajustes a las necesidades de la producción”. Frente a esta situación argumentan sus propuestas presentando los derechos laborales, conquistados con las luchas obreras, como “convenios de trabajo obsoletos”, y por tanto; plantean la necesidad de ser reformados para así garantizar las ganancias de los capitalistas.

Pero lo cierto es que, llamen como lo llamen, lo que realmente persiguen con estas medidas es incrementar la sobreexplotación de la clase obrera ante el descenso brusco de los beneficios empresariales. Es decir, este sistema permite por un lado, el enriquecimiento descarado de los patronos en años de bonanza económica, y sin embargo, a la vez permite también descargar las pérdidas sobre los trabajadores cuando sus negocios no salen bien. Ellos se enriquecen, y nosotros pagamos las facturas.

La burguesía, los patronos y banqueros, y su Estado, se han enriquecido en las últimas décadas como nunca antes lo habían hecho, y a la hora de pagar la factura no dudan en meter sus sucias manos en las arcas de la seguridad social para salvar a la banca y a otras entidades privadas,poniendo en serio peligro derechos fundamentales de los trabajadores como son las pensiones, la sanidad o la educación.

Por otro lado, hay que señalar también que los sindicatos oficiales y subvencionados se han entregado en cuerpo y alma a la causa del gobierno de turno. Esta causa no es otra que la de esperar a que amaine el temporal, que remita la tormenta en los principales países capitalistas, para que vuelvan a fluir las ayudas, puesto que ha quedado de manifiesto que somos un país extremadamente dependiente.

De las escasas declaraciones al respecto realizada por esta panda de traidores, resaltamos dos: la primera, donde dicen que las movilizaciones no solucionan ya el problema; y la segunda, donde dejan ver sus verdaderas intenciones al afirmar que el actual sistema fiscal no se sostiene, estando a favor de la subida de impuestos que proponen sus amos. Estas son a grandes rasgos las líneas de actuación de estos canallas: servir de apagafuegos recetando el inmovilismo de cara a la clase obrera y practicando el apoyo más descarado a las medidas antipopulares propuestas por el gobierno, que en momentos de crisis como los que vivimos actualmente deben ser consideradas como una traición y un crimen contra el proletariado.

En este contexto, los jóvenes, y los no tan jóvenes, recibimos los primeros golpes, puesto que, debido a la excusa de la falta de experiencia laboral, la precariedad se ceba con nosotros especialmente.
Por eso, aprovechamos este comunicado para llamar a la juventud más combativa a organizarse y a movilizarse entorno a estas cuestiones y otras muchas. Rechazamos abiertamente tanto el apoliticismo de muchos y el reformismo de algunos, y luchamos por la unidad para hacer frente a la nueva ofensiva del capital, desde posiciones de fuerza.


¡¡CONTRA LAS REFORMAS LABORALES ANTIPOPULARES DE LA PATRONAL!!

¡¡CONTRA LAS MEDIDAS ADOPTADAS POR EL GOBIERNO DE TURNO!!

¡¡EN LUCHA POR LA MEJORA DE LAS CONDICIONES LABORALES Y SINDICALES!!