jueves, 6 de mayo de 2010

CRÍTICA SOBRE LA GRAVE CRISIS DEL MOVIMIENTO OBRERO EN EL ESTADO ESPAÑOL

Hemos podido ver como en otros lugares del mundo se ha celebrado el Primero de Mayo con masivas manifestaciones, como por ejemplo en Cuba, Bangladesh, etc. y en otros lugares se han producido graves enfrentamientos y explosiones de rabia obrera como en Grecia, Hamburgo, Bogotá, etc.
En el estado español con los dramáticos datos que han sido publicados, por el contrario, hemos visto la desmovilización total que existe entre la clase obrera de nuestro país.
En plena crisis salvaje cada vez menos trabajadores se sienten representados por sus sindicatos y a sus convocatorias solamente acuden sus bases. Ese es el resultado de décadas de engaño.

Actualmente la lucha sindical se basa en el economicismo más rancio que se convierte en una lucha inofensiva por reformas políticas y prédicas impregnadas de espíritu conciliador y pacífico.
Históricamente la clase obrera se ha agrupado en organizaciones sindicales que han jugado un papel de primer orden en el desarrollo de la lucha de clases, y también por las mejoras económicas. Por lo tanto los sindicatos han sido y son las más amplias organizaciones que engloban a cientos de miles de obreros y con una gran capacidad de movilización. Por esta razón han sido siempre un campo de enfrentamiento entre burguesía y proletariado por lograr la hegemonía en ellos. La burguesía intenta mantener controlados a cientos de millones de obreros a través de esos sindicatos. En el caso de las grandes mafias sindicales existe un proletariado maniatado que está política e ideológicamente a la zaga de la clase dominante enfrentándolas con fraseología oportunista.

La crisis económica y el empeoramiento de las condiciones de vida junto con la brutal represión fascista deberían ser las causas de la radicalización de las luchas. Sin embargo lo que está sucediendo es la completa pasividad y desmovilización del proletariado en general.

Partiendo de la base de que no esperábamos nada diferente de estos agentes de la burguesía, también queremos hacer un ejercicio de autocrítica hacia el movimiento anticapitalista.
Sabemos que no hemos estado a la altura de las circunstancias que exige el momento y en las movilizaciones y manifestaciones se ha echado en falta el compromiso y la presencia del grueso del movimiento que se autodenomina anticapitalista.

¿Por qué ha sucedido esto?

Creemos que las organizaciones anticapitalistas no hemos sabido construir una alternativa convincente, haciendo especial hincapié en la necesidad de la organización independiente y la lucha sin concesiones contra el reformismo y el capital.